El origen de la acelga está vinculado a las tierras bañadas por el mar mediterráneo, sur de Europa y Norte de África. Las acelgas han supuesto un aporte alimenticio para animales y humanos desde el Neolítico, aprovechando sus hojas y raíces. Inclusive desde aquellas épocas ya se les atribuía propiedades medicinales.
Países como Italia, Holanda, Bélgica y Alemania, así como las Islas Británicas y América del Norte son los principales productores.
El consumo de acelgas a remontado el vuelo convirtiéndose, junto a las espinacas, en dos verduras fundamentales para llevar a cabo dietas sanas.
Propiedades nutritivas
A pesar de ser una verdura con escaso contenido calórico, la acelga es rica en vitaminas y minerales. Su contenido de ácido fólico puede doblar y hasta triplicar el contenido de este en otras verduras (esta posee 140 μg de ácido fólico por cada 100 g en comparación con otras verduras que en promedio poseen 50 μg), lo cual la hace un alimento ideal para ser consumido por madres gestantes y niños en periodo de crecimiento, cuyos requerimientos de ácido fólico se encuentra aumentado.
De igual manera su bajo contenido calórico lo hace adecuada para incluir dentro de planes de adelgazamiento.
El contenido de fibra que posee la acelga es superior con respecto a muchos otros vegetales (el promedio de vegetales tiene aproximadamente de 1 a 3 g de fibra por cada 100 g, mientras que la acelga posee aproximadamente 5 g), lo cual lo convierte en un excelente alimento para mejorar el estreñimiento.
El beta-caroteno destaca en la composición de la acelga, de modo que su aporte adecuado contribuye a neutralizar la acción dañina de los radicales libres (como sabemos, sustancias implicadas en el desarrollo de enfermedades degenerativas, cardiovasculares y cáncer), el cual es recomendado también para personas propensas a padecer infecciones respiratorias. El Beta-caroteno en nuestro cuerpo se transforma en vitamina A la cual nos ayuda a mantener un buen estado de la piel, el cabello y una adecuada visión. La mayor concentración de esta vitamina la podemos encontrar en sus hojas verdes más externas.
La acelga posee un alto contenido de hierro, con respecto a otros vegetales, pero no podemos considerarla una buena fuente de hierro debido a que en ella destaca la presencia de ácido oxálico; el cual que tiene la capacidad de formar en el intestino un complejo con minerales como el hierro y el calcio, limitando la absorción de estos minerales. Es por eso que a pesar de que la acelga posee un elevado contenido de hierro no se puede comparar a los alimentos de origen animal. Por otra parte se recomienda que las personas que sufren de ciertos tipos de cálculos renales moderen el consumo de esta. Para poder disminuir el contenido de ácido oxálico de la acelga podemos cocinarla ligeramente y eliminar el agua de cocción.
Selección y almacenamiento
Seleccionemos las acelgas de hojas frescas, tiernas e intactas, de color verde brillante y uniforme que posean pencas duras. Las acelgas de sabor más suave son las de hojas más pequeñas y de tallo corto.
Por el contrario debemos evitar las acelgas de hojas muy grandes, ásperas, de color verde amarillento y con tallos fibrosos ya que esto será indicativo que poseerán un sabor muy amargo. Rechace también las hojas blandas o marchitas o las que presentan evidencia de daño causado por insectos.
La acelga es una verdura de vida corta de 2 a 3 días, pero se conserva mejor si la guardamos en la refrigeradora envuelta en una bolsa de papel.
Debemos ser muy exhaustivos con la limpieza de estas ya que esta tiene mayor facilidad para retener partículas de suciedad dentro de sus hojas.
También podemos congelar la acelga, para lo cual primero debemos de cocinarla durante un par de minutos en agua hirviendo en una olla destapada para mantener su color, aunque lo ideal es consumirla lo más pronto posible.
RECETAS: http://nutrirecetas.blogspot.com/search/label/Acelga
Ana Elisa Flores Ruiz de Castilla
Nutricionista
Artículo publicado en la Revista Padres-Revista Cosas
2008
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